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domingo, 23 de agosto de 2009

Los guardianes:


Grifos, Gárgolas, Quimeras… bestias mitológicas y legendarias que desde sus atalayas contemplan el paso de los siglos en perturbador silencio. Guardianes pétreos de antiquísimos templos, figuras grotescas y retorcidas, seres que aparecerán en las peores pesadillas de todos aquellos que intenten penetrar en su territorio defendido. Seres que en las noches más oscuras, cobran vida y sobrevuelan sus dominios hasta que, al alba, retornan a sus pedestales inmortales, a la espera de que los primeros rayos de sol, los vuelvan a convertir en piedra

En la arquitectura da la edad media, especialmente en el arte gótico, son muy usadas en iglesias y catedrales y suelen estar adornadas mediante figuras intencionadamente grotescas que representan hombres, animales, monstruos o demonios. Probablemente, tenían la función simbólica de proteger el templo y asustar a los pecadores. Esto se mantuvo, aunque con menor desarrollo, en la arquitectura renacentista española o incluso en algunas iglesias barrocas.
Es un error extendido llamar gárgolas a cualesquiera figuras grotescas o monstruosas contenidas en iglesias medievales; sólo se pueden calificar como tales las que se ajusten a la función antes especificada. Así, por ejemplo, las famosas figuras monstruosas de función puramente decorativa instaladas por Viollet-le-Duc en la catedral de Notre Dame de París deben ser denominadas quimeras, y no gárgolas.

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